sábado, 23 de janeiro de 2010

98. JUAN A. PELLICER (pellicer)

Juan A. Pellicer nace en 1957 en Cartagena. A finales de los 70 se traslada a Madrid donde desarrolla su labor profesional la cuál le permite la posibilidad de viajar recorriendo gran parte de España lo que aprovecha para impregnarse de estilos, modos y maneras distintas de ver, sentir y vivir la vida. Amante de la naturaleza y la vida al aire libre, durante muchos años vivió y trasmitió intensamente esta actividad. Ya en aquella época, (años 80) sabía que su vocación llegaría de la mano de La Poesía y la Fotografía
Estamos ante un artista de formación autodidacta en Fotografía donde un gran amigo y profesional de este arte (D. Jerónimo Conesa, Ingeniero y Catedrático de Dibujo) dice de él en un artículo donde se prologa un libro lo siguiente:

“…Apasionado por nuestro paisaje, enfermo incurable de olores y colores, de cielos y mares, embridada siempre la imaginación a favor del rigor del modelo, pero haciendo de este, centro solar en el que las luces y sombras pasan a ser elementos corales de la verdad paisajística. Y con estos elementos, arrancas del mar y de la tierra júbilos, asombros, intimidades, palpitaciones sutiles, que conforman tu escenario estético en un continuo y estimulante proyecto para llegar con tu fotografía, a todas las soluciones con belleza, elegancia y coherencia personal... con una altísima sensibilidad para la visualización plástica, para el manejo del color y de la luz y la elección de los temas, con un tratamiento valiente, a veces incluso arriesgado, de los efectos especiales, permitiendo que la luz juegue con sus formas pero sin llegar a destruirlas. Unas formas ajustadas con vigor en la audacia y en la sencillez, con una luz embebida, tangible, que se envuelve en el dialogo esencial que determina el espacio…”

Juan A. Pellicer tras regresar a su tierra natal, comienza una nueva etapa donde siente la necesidad de ir plasmando su forma de ver y entender la vida, a través de, como él dice Fotografías con Alma, ese Alma es la Poesía, esas emociones y sensaciones que expresa con todas y cada una de ellas. Se siente atraído por los paisajes y cautivado por el mar. Lugar donde le resulta fácil perderse. Es a raíz de conocer la fotografía digital cuando definitivamente se lanza en pos de lo que él llama su gran reto, que no es otro que el de hacer de la fotografía su medio artístico de expresión, uniendo a él su otra gran pasión que es la Escritura, a través de la Prosa Poética. Es a partir de ese momento donde descubre que en él Fotografía y Poesía caminan agarradas una a cada mano, por lo que “Fotografía es Sensación y Sensación Fotografía”

(“… uno se convierte en fotógrafo cuando ha superado las preocupaciones del aprendizaje y en sus manos la cámara se convierte en una extensión de uno mismo. Entonces comienza la creatividad.” Carl Mydans.) Con esta frase Juan A. Pellicer se siente totalmente identificado hasta el punto que forma parte como cabecera de presentación en algunos de sus blogs y portales virtuales entre ellos su Web de fotografía.

La Obra de Juan A. Pellicer, es el resultado de su inquietud y continua rebeldía la cual le lleva a experimentar y buscar nuevas formas de trasmitir emociones y sensaciones.

Es con los retratos y la fotografía en Blanco y Negro donde se siente más identificado. La búsqueda de la expresión, llegar al fondo del alma del modelo es la máxima aspiración de este Fotopoeta. Que ha sabido reciclarse e integrar los avances técnicos y ponerlos al servicio de su creatividad, consiguiendo resultados, a veces, impactantes, no exentos de su particular belleza incluso potenciándola.

Le gusta firmar como JPELLICER.

La mayoría de sus fotografías llevan la voz de su poesía, sus sensaciones o sentimientos, o al revés, que nunca se sabe.

Alma inquieta, rebelde, inconformista al que le gusta escuchar y amante de una buena tertulia. Su mente siempre está en acción ávida de nuevos proyectos.

Su Sueño: poder triunfar en el mundo de la Fotografía y la Poesía;
Su Meta: disfrutar mientras lo consigue;
Su Fracaso: no haberlo intentado

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